El embarazo a los 20
Las mujeres a los veinte tienen gran probabilidad de quedarse embarazadas debido al relativamente gran número de óvulos con que cuentan en los ovarios. Además, un mayor porcentaje de dichos óvulos son normales genéticamente. Dado que las mujeres nacen con todos los óvulos que tendrán a lo largo de su vida, mientras mayores se vayan haciendo menos óvulos les quedarán. Además, a medida que las mujeres van cumpliendo años el porcentaje de óvulos genéticamente normales que les queda disminuye. Es por ello por lo que, a medida que envejecen, va disminuyendo la tasa de fertilidad de las mujeres, aumenta la tasa de abortos y la probabilidad de defectos de nacimiento como el síndrome de Down.
La tasa de embarazo por mes de una mujer de 20 años oscila entre el 20 y el 25%. Por ello, convendría que una mujer buscara ayuda con la fertilidad si lleva intentando concebir de forma activa y sin éxito más de 12 meses. La tasa de aborto espontáneo es solo de alrededor del 5-10% y la incidencia de anomalías genéticas como el síndrome de Down es de aproximadamente 1/1200. Es más probable que las mujeres en su veintena sean físicamente activas por lo que convendría que moderaran el ejercicio en el primer y el tercer trimestre del embarazo. Entre los tipos de ejercicio que conviene evitar están los que aumentan excesivamente la frecuencia cardiaca o la temperatura corporal como el spinning, provocan rebotes como el footing o ciertos tipos de aerobic, o provocan pérdidas de equilibrio como las artes marciales o el tenis agresivo. Son preferibles ejercicios aeróbicos que maximizan el uso de grupos musculares múltiples como natación, Pilates o caminar. Sea cual sea su edad, conviene que las mujeres eviten el tabaco, el alcohol, la cafeína y ciertas comidas como el pescado crudo (sushi y sashimi) o pescado que pueda contener cantidades significativas de metales pesados.
El embarazo a principios de los 30
Las mujeres en la treintena experimentarán un declive en su fertilidad tal que la tasa de fertilidad por mes será de alrededor del 15%. Conviene que las mujeres busquen ayuda médica transcurridos 9 meses de intento activo de conseguir un embarazo. El riesgo de aborto a los treinta es de alrededor del 20%. Es importante que todas las mujeres que estén considerando quedarse embarazadas empiecen a tomar vitaminas prenatales al menos un mes antes de comenzar a tratar de quedarse embarazadas dado que hay evidencias de que un aporte extra de ácido fólico antes del embarazo disminuye la incidencia de ciertos tipos de defectos de nacimiento. También hay datos que sugieren los beneficios de tomar suplementos de ácidos grasos omega 3 durante el embarazo.
El embarazo después de los 35 y los riesgos relacionados
La capacidad de conseguir un embarazo más allá de los 35 años se ve mermada por distintos problemas. Hay un considerable declive en la tasa de fertilidad a partir de los 35, a un nivel que ronda el 10% por mes. Una mujer de más de 35 años que intente quedarse embarazada debería consultar con un especialista en fertilidad tras solo 6 meses de búsqueda activa infructuosa. El riesgo en embarazos después de los 35 es mayor y se ha evidenciado un aumento en la tasa de abortos y en la incidencia de anomalías genéticas. A los 35, la tasa de aborto es del 25% y el riesgo de síndrome de Down pasa a ser de 1/350. Los 35 son la edad a los que se recomiendan por primera vez los test genéticos en el embarazo dado que la probabilidad de que se produzca una anomalía es mayor que el riesgo del procedimiento utilizado para detectarla.
El embarazo después de los 40 y los riesgos relacionados
Pasados los cuarenta hay un pronunciado declive en la capacidad de una mujer de conseguir un embarazo. La tasa de fertilidad por mes es solo de un 5% e incluso con la fertilización in vitro (FIV), el tratamiento de infertilidad de más éxito disponible, la tasa de embarazo es de solo un 10% por intento. Esto se debe al muy reducido número de óvulos normales restantes en los ovarios de una mujer de más de cuarenta. Por tanto, las mujeres que deseen un embarazo después de los cuarenta deberían buscar ayuda transcurridos tan solo 3 meses de intento de quedarse embarazada. Las estimaciones de biopsias de embriones revelan que al menos el 90% de los óvulos de una mujer de más de 40 presentan anomalías genéticas. Esto explica el mayor riesgo de embarazo por encima de los 40. La tasa de aborto es del 33% a la edad de 40. Los embarazos con anomalías genéticas son más comunes también, con una incidencia de 1/38 a la edad de 40. Por este motivo, son muchas las mujeres mayores de 40 que optan por usar una donante de óvulos para quedarse embarazadas. Se usan óvulos de una mujer de veintipocos años con el esperma de sus maridos para crear embriones con mucha más probabilidad de desembocar en un embarazo satisfactorio. Son comunes tasas de embarazo de cerca del 80% en la mayoría de programas de donación de óvulos. Este es el mejor modo de aumentar la probabilidad de embarazo por encima de los 40. Una ventaja adicional es que los embarazos resultantes de estos óvulos más jóvenes también tienen la tasa de abortos y anomalías genéticas propias de mujeres en su veintena. Por tanto, el riesgo de embarazo por encima de los 40 está limitado a estos problemas potenciales que podrían producirse y que nada tienen que ver con la genética. A medida que las mujeres envejecen los riesgos de complicaciones médicas en el embarazo aumentan. Entre las complicaciones del embarazo que aumentan con la edad se incluyen hipertensión, diabetes gestacional, partos prematuros y trastornos hemorrágicos como desprendimiento de placenta.
El embarazo después de los 45 y los riesgos relacionados
El embarazo después de los 45 es una propuesta muy difícil. Las mujeres de más de 45 años tienen menos del 1% de probabilidad de quedarse embarazadas con sus propios óvulos. Esto ocurre porque prácticamente todos los óvulos que le restan presentan anomalías genéticas. Un embarazo satisfactorio a más de 45 años casi siempre es resultado de una donación de óvulos. Muchas mujeres de perfil alto que se han quedado embarazadas a los cuarenta, especialmente después de los 45 lo hicieron con ayuda de donantes de óvulos. Los embarazos de riesgo después de los 45 también aumentan. En el improbable caso de que una mujer de más de 45 se quede embarazada con sus propios óvulos, la tasa de aborto es de al menos el 50% y la incidencia de embarazos con anomalías genéticas es de 1 entre 12. También hay un riesgo significativamente mayor de mortalidad materna y fetal en embarazos con más de 45 años en comparación con mujeres más jóvenes. Es especialmente importante asegurarse de que el cuerpo de una mujer es capaz de tolerar las tensiones que el embarazo le impone antes de quedarse embarazada. Conviene que una mujer se someta a exámenes para determinar problemas como hipertensión, enfermedades cardiacas y diabetes antes de tratar de quedarse embarazada.
Puede parecer que hay mayores tasas de embarazos múltiples en mujeres mayores. Esto se debe a que es más probable que las mujeres mayores busquen tratamientos para la infertilidad y estos tratamientos tengan altas incidencias de embarazos múltiples en comparación con la concepción natural, en especial cuando se usan donantes de óvulos. El hecho es que es mucho más difícil quedarse embarazada de un bebé a medida que la mujer envejece. La probabilidad de un embarazo múltiple es aún menor. Prácticamente todas las mujeres de más de cuarenta que traen al mundo más de un bebé lo hicieron con ayuda de una donante de óvulos.
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